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Sistema de creencias, presentación

SISTEMA DE CREENCIAS


“Solo el Templo organiza y recoge a la vez en su alrededor la unidad de toda referencia y relación, en las que la muerte y nacimiento, desgracia y bendición, victoria y vergüenza, perseverancia y decadencia, cobran para la esencia humana la forma de su destino” Heidegger.
El conjunto de ritos y creencias que nos conectan con Dios nos acerca a la definición de Religión. Mas que asunto de rituales que constatan la manifestación de la creencia en tanto consciente colectivo, la creencia es la materia a abordar a lo largo de estas reflexiones.
Fé y Creencia; actos de Dios inmaterial cuya sustancia inmaterial fluye a través de la Creencia y la Fé, creaciones de la divinidad en su Ser infinitamente puro. Creer es crear. En la medida en que se cree se crea, es la misma inteligencia activa que está mas allá del tiempo y el espacio es el éter universal.
Creer es la síntesis de la razón no demostrada, un acto de razón pura, fuera de toda sistematización fenoménica, es idea pura. Razón inmaterial no objetivable dado que de ser demostrable deja ser creencia y se convierte en verdad. No significa que sea mentira debido a que la región de la mentira es la falsificación de los hechos pasados, presentes y futuros; es creencia. No requiere de evidencia puesto que existe en sí y para sí misma.
Su convencional definición es: “Tener por cierta una cosa que el entendimiento no alcanza o que no está comprobada o demostrada” es pues el irracionalismo puro, de aquello que la razón no puede dar cuenta. Los límites de la razón son las fronteras de la singularidad, región enigmática en su naturaleza, puesto que no puede ser vista y analizada por la razón. Toda vez que esta quiere apropiarse de la creencia esta se desvanece en la penumbra del silencio cósmico, frío, lejano, infinito. Pero contradictoriamente esta es la luz de la razón en tanto impulso vital que aparece como un faro en medio torbellino de los mares ferozmente agitados por vientos huracanados. Es la sustancia de la razón, sinrazón de la razón, la razón no puede existir sin la sinrazón pues de otro modo la razón perdería todo sentido referencial, así como lo malo depende de lo bueno, de lo feo, de lo bello, las alturas del abismo, la luz de las sombras, dios del diablo. Creer es el relativismo de la existencia del Ser, la relatividad depende directamente de referentes o de variables que componen un todo dialéctico en movimiento obsesivo, la nada no puede existir sin la presencia.
Creencia es caos y orden, dualidad in demostrable en la región de la irracionalidad de la construcción y deconstrucción, siendo una especie de razón esquizofrénica, evaporación de la razón en la sinrazón, ilusión verdadera y falsa. Realidad irreal, irrealidad inmutable sólida, indiferente a todo intento por seducirla, por llevarla al sendero de la melancolía en que todo se convierte en tinta oscura, parálisis de la mente y el espíritu. Todo intento por atraparla, hacerla prisionera de nuestro apetito de posesión serán necedades vanas. Somos más bien prisioneros de la creencia, puesto que gobierna nuestro andar por la vida y por la muerte también.
Entidad subjetiva, metafísica, energía del movimiento de la razón y en su origen solo la razón divina, pero creer que la creencia viene de Dios es en sí considerarla en el marco de la racionalidad divina paradójicamente es convertirla en razón y esta no es racional, la creencia es razón misteriosa, es la razón misma sin serla. La creencia no se encuentra en el referente de Dios puesto que éste proviene de la creencia, Dios no puede dominar a la sinrazón pues Él es parte de esta. Porque Dios no es razón es Dios.
Soren Kierkegaard en su Tratado de la Desesperación menciona:
“Todo le es posible a Dios. Es un refrán cotidiano del cual se hace uso todos los días sin pensar en él, pero la palabra no es decisiva más que para el hombre que se encuentra al fin de todo y cuando no subsiste ningún otro posible humano. Entonces, lo esencial para él consiste en sí creer que todo es posible para Dios, si tiene la voluntad de creer en ello. ¿Pero, no esta la fórmula para perder la razón? Perderla para ganar a Dios, es el acto mismo de creer”
La temporalidad de la creencia por darle un lugar en la accidentalidad Aristotélica existe en la medida que no existe en el concepto tiempo que domina en la razón y la Fé. Independiente de su expresión religiosa es parte del pensamiento mismo pues este no se reduce a asuntos puramente espirituales sino existencialmente prácticos. Así como la temporalidad es materia de hechos del hombre, la creencia posee temporalidad en lo relativo a la duración cronológica de la vida de un hombre en específico, y por ende persiste en tanto fracción pensante, sin embargo la delimitación de ésta pertenece a la especificidad de la circunstancia histórica en la que la presencia de la persona particular alimenta a tal o cual sentido del porvenir, el pasado en sus variables inmediata o remota y en el presente que es difícil definir pues cuando se opera la toma de conciencia de su presencia este ya es parte del pasado, conciencia captada quizá demasiado tarde y la creencia se encuentra sin remedio en el futuro desconocido pues es creencia.
Sentido cardinal de la creencia ya sea en las coordenadas individuales o místicas es manifestada en relación a su materia en tanto objeto material o inmaterial, el sentido es que el mundo se manifieste en su realidad como lo que conviene a la persona enlazada íntimamente con la esperanza con ese creer como arquetípica visión del DEBE SER. Sí vemos al mundo con mirada escéptica éste nos devolverá su lado escéptico a la manera de sistema de espejos en que el creer sobre la presencia de su juguete es otorgar una fracción de la realidad pues el mundo no puede ser captado en todos sus sentidos de una forma simultánea. La realidad es creencia misma más allá de las necesidades vitales de existencia sin embargo, la fusión de necesidad y éxito requiere su transito por la selva del creer. El sentido del mundo al que corresponde una especie determinada de creencia, no es más que el sentido de ésta, temerario sería decir cuales son los mecanismos internos que la mueven hacia los múltiples sentidos de la realidad delirante.
En la esfera de las acciones y los hechos, cabe considerar que el pensar es acción y también hecho, sin que por esto el cuerpo registre movimiento tangible capaz de ser visualmente observado y valorado por los “otros”. La creencia es el hecho mental autónomo que potencialmente puede traducirse en prácticas consecutivas y positivas de los hombres sin embargo éste se limita ahí en la zona del no hecho, aunque la desmovilización también es hecho, pues registra inmovilidad que es acción. La acción es el dualismo quietud y movimiento, no sola y exclusivamente reducida a este último como es el tradicional paradigma de acción. Creencia que determina en parte el sentido de la acción, cuando la persona es sometida, la creencia no se expresa y cuando hay plena libertad se lleva al máximo. Pero esta depende de la multiplicidad de agentes que son representativos de ciertas creencias que pueden ser mínimamente convergentes o enormemente divergentes, que pueden ser creencia en la libertad de acción o creencia en la homogenización de acciones en visión de igualdad y a su vez anti libertaria es decir que el 100% de los agentes reporten acciones similares en su prohibición y autorización por otros credos como el caso de urbanidad y buenos modales es una forma de creencia de la religión de las buenas costumbres.
“In god we Trust”, es la creencia llevada al dinero en tanto religión y no codicia materialista, pues religiosamente el dinero acumulado es ofrenda a Dios, que a su vez permitió que la persona pudiese tener éxito medido en términos monetarios, en que al fin de la jornada diaria de trabajo poder agradecer a Dios con esa ofrenda resultante de la confianza que se tiene en la bondad de Dios. Es otra forma de credo.
El lugar de la creencia es en el mundo como representación y voluntad; su distribución geográfica es demostrada por la formación de grupos sociales o naciones que comparten creencia angulares capaces de mantenerlos unidos en la producción material y cultural, extensión terrenal en que una creencia específica se mantiene dominante por algún tiempo que puede ser breve hasta milenario como es el Habeas Corpus entre miles de formas existentes, algunas absolutamente minoritarias y otras compartidas por mayorías que no son precisamente del lugar en que manifestó por primera vez, emigró hacia otros espacios generando su identidad distintiva a la original pero, que no le quita fuerza más al contraria es tan enriquecida que sienta las bases para que las creencia se transforme en ideología de las naciones que la hallan adoptado por diversas circunstancias históricas.
La creencia se metaforiza en idea (imagen presente) del sentido común, que a su vez es imaginación de colectividades desde las más singulares hasta la más estandar. Las creencias transducidas en ideas de comportan activa o pasivamente en el contexto del fenómeno de difusión o extensión de estas que anidan en otras imaginaciones lejanas del espacio inicial formando, sincretismos (mezcla o fusión de dos o más creencias a consecuencia de haber entrado en contacto) que recreando a estas en combinaciones de lo más sorprendentes, origina otras creencias capaces de convertirse en ideas dominantes en un futuro crónicamente incierto, pues la plasticidad de estas depende de los cúmulos humanos que la identifiquen como suya, además presenten actitudes abiertas o cerradas ante la seducción de creencias extrañas a la tradicional forma de entender el orden las cosas. “Nadie es profeta en su propio terreno”. El vanguardista de principios del siglo XX creía en la Europa culta como principio civilizador, el mexicano en abierta mayoría en siglo XXI sueña con radicar en la ilimitada felicidad del “American Way of Life”.
El nombre de la creencia a mudado pero su esencia abstracta ha permanecido desde los inicios de la humanidad. Pero la nominación de esta transita entre esperanza (estado de ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos) misma que nos conduce a la desesperación y fé (confianza, buen concepto que se tiene de una persona o cosa) formando una triada eucrática, armónica y simpática nutriendo a la existencia de energía vital que confronta este lado amable de la vida con la “dura realidad” experimentando la creencia ante la presencia de la jungla de paradigmas y creencias. Otro nombre que se confunde con la creencia es la intuición (Adivinación instintiva, aprehensión inmediata sin razonamiento de hechos, relaciones, verdades u objetos no presentes) que de algún modo responde a la creencia en la medida que esta apunta hacia su objeto, pues para resolver la creencia la apariencia del objeto se obliga a activar la intuición con la cual capta la generalidad del objeto así como la llave de entrada para la integración de este al tipo de creer. En fin nombres van nombres vienen pero la entidad no es mudable, es perpetua en los términos de evolución de la especie humana.
Tocante a su accionar, esta no acciona pues no posee cuerpo, pero si movimiento plástico intrínseco que es causa del movimiento de otras entidades del hombre como lo son las emociones, deseos y acciones que en su andar provocan efectos considerados “evidencias” que son ordenadas de tal forma que satisfagan a la creencia, la consoliden, pues las evidencias estarán por todas partes en cuanto a sean reflejadas en los componentes y dimensiones de la creencia que deriva en nociones como son los juicios y autonomía.
La creencia es creída por muchos pensadores de Empirismo Británico como predisposición a la acción o la acción misma como manifestación objetiva de la creencia; entre ellos se cita a:
R.B. Braithwaite en su Naturaleza del Creer.
“En una proposición hipotética acerca de mi comportamiento físico presente y futuro, al igual que todas las proposiciones acerca de los objetos físicos, sólo pude ser conocida indirectamente por medio de una autoridad o de fundamentos inductivos. Muchos pensadores admiten que una tendencia a la acción es norma de creencia genuina: La doctrina por la que yo abogo que no solo es norma, sino también parte del significado de creer. (“Tengo una disposición a actuar como si P fuera verdadera”) ¿Cuál es el significado exacto de esta afirmación?. Yo considero que asevera una relación entre cuatro cosas o grupos de cosas: 1) Mis acciones presentes y futuras, 2) Las circunstancias externas que originan las acciones, 3) Las circunstancias internas pertinentes de mi cuerpo y de mi mente a las que llamaré mis “necesidades!, 4) La proposición en sí.”
Concepción muy alejada del pragmatismo conductista, de la idea en sí de James.
La fuente de la creencia está situada en el núcleo del inconsciente, considerado como la suma de las conexiones eléctricas de todo el cuerpo y especialmente el encéfalo, acaso el tipo de inconsciente corresponde los humores dominantes del cuerpo, puesto que los temperamentos hipocráticos determinan la especie de creencias que se generan en los jugos corporales propios de raza o signo zodiacal, es difícilmente demostrable, sin embargo son elementos que pueden ser considerados en la ubicación de la creencia en el cuerpo así como su idiosincrasia antropológica. Inconsciente del Yo que rige acciones ahora sí que son la arquitectura del estado de conciencia cuya contradicción es parte de esta misma, la inconsciencia que es donde rige la creencia, ese yo que puede modificar las condiciones de existencia del individuo en tanto agente social que juega con las fuerzas de su propio ser y la de otros agentes del medio físico y social. Samuel Buttler autor del “Erewhon” en 1872 asegura la existencia del inconsciente como fuerza motora modificadora de las condiciones puramente objetivas como mantenía el Behaviorismo, mucho antes que los Austriacos Hebart y Freud, acaso indirectamente influencia por el concepto de la Heroecracia de Tomás Carlyle. Asunto dificultoso de ubicar anatómicamente en tanto entidad inmaterial, de no existir el inconsciente la creencia se aloja en el hemisferio izquierdo en el área de los sentimientos del cerebro.
La relación que guarda la creencia es con el mundo de la No Creencia pues son polos complementarios , la no creencia se desarrolla en el terreno de la materialidad física la cual es reflejada en el proceso de raciocinio basado en la existencia de a evidencia como prueba de que algo es verdadero por su cualidad de ser demostrables visualmente y matemáticamente es pues la existencia de leyes sólidas que conforman el mundo de los sistemas del la objetividad material: Realidad positiva, medible, pesable, cuantificable. Es el terreno Laico el campo en que los artefactos mentales y materiales se transforman invariablemente.
Umberto Eco en su obra: ¿En que creen los que no creen? Hace algunos señalamientos:
“Salvo esta divinidad spinoziana, no es ni trascendente ni personal; y sin embargo, también de la visión de una Sustancia cósmica grande y única en la que un día seremos reabsobidos, puede surgir una visión de la tolerancia y la benevolencia justo porque a todos nos interesa el equilibrio y la armonía de la sustancia única. Y nos interesa porque, de alguna manera, pensamos que es imposible que esta Sustancia, no este en algún modo enriquecida o deformada por lo que también en los milenios hemos hecho. Así es que me atrevo a decir(no es una hipótesis metafísica, es solo una tímida concesión a la esperanza que no nos abandona jamás) que incluso en tal perspectiva se podría proponer de nuevo el problema de una cierta vida después de la muerte. Actualmente el universo electrónico nos sugiere que pueden existir secuencias de mensajes que se transfieren de un soporte físico a otro sin perder sus características irrepetibles y parecen, incluso, sobrevivir como puro algoritmo inmaterial en el instante en que, abandonado un soporte, no se han impreso aún en otro. Y quien sabe si la muerte más que implosión, sea una explosión y una marca-de alguna parte de los vértices del universo-del softweare (que otros llaman alma) que nosotros hemos elaborado durante nuestra vida, hecho también de recuerdos y remordimientos personales y por tanto de sufrimiento incurable, o sentido de paz por el deber realizado, y el amor.”
Eco considera el plano donde la llamada creencia religiosa es menos fuerte, pero que finalmente no necesariamente es el terreno del ateísmo ya sea en su variable materialista sólido o en la variable mística asociado a la Utopía social, que es pues otra fase religiosa, sin ser religión convencional. En resumidas cuentas la creencia es incurable no es extraíble o decantable de la mezcla de la vida misma en algo se tiene que creer, no existe alguien que no crea en algo.
Bien pues la complejidad de la creencia mantiene en gran medida la coordinación de grupos sociales en tanto individuos que comparten creencias similares que les proporcionan estabilidad y eficacia en el entendimiento común, una semiosis colectiva que se compone de múltiples piezas que se articulan en un organismo que puede ser de lo más simple a lo más complejo, y que tiene homeostasis que responde a una dirección Cybernética que concentra la esencia del pensamiento o la inteligencia de determinada civilización, término que no se reduce a “las avanzadas y las atrazadas” sino a todo conglomerado cultural.
El científico de sistemas sociales aborda la perspectiva de creencias desde la óptica del no creer o la imparcialidad misma quizá ateísmo no obstante este último es otra forma de creer es pues el “incrédulo que cree que los creyentes creen” y se estudia el sistema de creencias como la manifestación de la conducta colectiva capaz de generar su identidad a partir de la relación de creencias, es la imaginería individual sumada a la restante de la colectividad cuyos códigos sociales son representativos de tal fenómeno. La cultura es explicado en base a un sistema determinado derivado de una etapa cultural que es medida a partir de signos y símbolos representativos de un estadio cultural en su tipo específico de actividad mental.
Un sistema demasiado respetable de lo dicho anteriormente es la religión que a lo largo y ancho del mundo ha presentado y presenta tendencias universales en la actualidad que tienden hacia la divinidad y la conciencia, que por lo demás se emite y engloba las directrices espirituales de los sistemas de gobierno tanto pasados como presentes en sus diversas formas, gobiernos que provienen del comportamiento colectivo que en el fondo responde a una determinada tipología de creencia. Así tenemos una serie de instituciones que administran parte de la creencia, siendo estas variables del hecho religioso, como son las siguientes: Cristianismo, Catolicismo, Iglesia Ortodoxa, Protestantismo, Judaísmo, Islamismo, Hinduismo, Jainismo, Sijismo, Budismo, Taoísmo, Confucianismo, Shintoismo, Religiones de África Negra y Amerindias, que adoptan cierta forma de gobierno; como ilustración a esto la Revolución de Octubre se operó en la atmósfera del cristianismo ortodoxo y el régimen se tornó totalitario, los países árabes aunque transitan entre el Reino de Arabia Saudita y la República Islámica de Irán existe la unión Iglesia –Estado, en la América cristiana el norte protestan y Latinoamérica católica existe la aparente separación entre el régimen divino y el régimen del laicado, el país más grande del mundo experimenta la organización atea-budista.
La base de este sistema de creencia esta en el sistema de informática registrada en forma escrita en soporte de piel y luego papel, últimamente en magnetita, es decir los libros fundamentales de la verdad divina cuya estructura responde a los hechos de la naturaleza del comportamiento humano en cuanto a libertades y restricciones, tal es el caso de los 10 mandamientos reivindicado por los Universales; no muy diferentes de las obligaciones y prohibiciones que otros sistemas sentencian. Las creencias asociadas al nacimiento, el sexo y la muerte son los tres componentes centrales que sostienen la armadura en que se articulan los credos, puesto que más allá de la promesa del cielo y el infierno existe la vida terrenal en que los hechos de los hombres están sometido a los juicios de Estado-Iglesia acerca de lo bueno y lo malo.



Eduardo Nuñez Becuar
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