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LIBROS CAMPESINOS

Libros campesinos: Proyecto de desarrollo de un modelo de biblioteca destinada a comunidades rurales de la provincia de Córdoba.


Por Edgardo Civallero
Universidad Nacional de Córdoba
edgardo_civallero@yahoo.com.ar

RESUMEN: El presente artículo presenta un proyecto de investigación-acción: el desarrollo de un modelo de biblioteca destinada a áreas rurales, puntualmente situadas en la provincia de Córdoba (Argentina), pero extrapolable a cualquier otra región de similares características geográficas y humanas. Si bien el trabajo se encuentra recién en su fase inicial, se pretende, con su exposición pública, hacer notar la necesidad de elaborar diseños concretos de bibliotecas para dar respuesta a situaciones particulares, haciendo participar plenamente, en tal proceso de diseño, al destinatario de los servicios finales, y partiendo de marcos interdisciplinarios, humanistas y solidarios. Se busca que este texto genere debate y diálogo, y, sobre todo, colaboración y aporte de ideas, punto de partida para el enriquecimiento de la disciplina y la generación de propuesta verdaderamente válidas.

Palabras clave: Bibliotecas rurales; Comunidades rurales; Medio rural; Campesinos.

Introducción
El ámbito rural ocupa un lugar importante en la geografía política y humana de los países latinoamericanos. Argentina no es la excepción. La población de nuestro país se concentra en las áreas urbanas, dejando amplios territorios con una baja densidad demográfica, lo que implica un poblamiento disperso y, en ciertos casos, aislado.
En el marco de este modelo de ocupación espacial, los servicios básicos se concentran, evidentemente, en las ciudades, en donde se encuentra el mayor número de usuarios potenciales. Las zonas de asentamiento campesino y, sobre todo, las regiones limítrofes o las de difícil llegada, se ven privadas, en este sentido, de un acceso total a ciertos elementos sociales, tales como la atención médica o la educación, entre otros.
La situación de las áreas rurales de la provincia de Córdoba refleja una realidad vivida en muchas otras provincias del interior argentino. Las comunidades serranas ycampesinas no disponen, en algunas ocasiones, de servicios públicos. Las redes de caminos y rutas no siempre las alcanzan, y, en muchos casos, las familias son autosuficientes. La educación y la salud, como queda dicho, son importantes carencias. Los médicos escasean, y las escuelas rurales –que disponen de mínimos recursos- nuclean a la población escolar de un amplio territorio circundante, debiendo ofrecer, usualmente, alojamiento y comida.

Biblioteca y desarrollo

El apoyo a la información y a la formación (y, por qué no, a la recreación) de estos sectores es una necesidad apremiante, si se pretende lograr el desarrollo pleno de sus potencialidades. Muchas enfermedades se evitarían mediante una adecuada campaña de información sanitaria (UNESCO, 1989). La alfabetización podría extenderse a grupos de edad no escolar, y la lectura podría proporcionar formación de distintos niveles acerca de temas como autosuficiencia, agricultura, industrias y energías alternativas, ganadería, medicina tradicional, saneamiento, textiles y cerámicas, construcción, herrería y otros temas de interés. Nuevos y viejos medios de transmisión del conocimiento –el libro o la transmisión oral, el cassette o las fotos-pueden ayudar a lograr el cambio (cf. Rahnema, 1982) y a mejorar la calidad de vida de comunidades aisladas y, en cierta medida, apartadas del camino del desarrollo.
La biblioteca puede convertirse en la herramienta para lograr tal cambio. Su capacidad para gestionar el conocimiento (es decir, para recuperarlo, almacenarlo, conservarlo, organizarlo y difundirlo) le permiten proporcionar a una comunidad determinada los medios necesarios para su educación y su diversión (Carrión Gútiez, 1993). Merced a su reconocida flexibilidad, es capaz de adaptarse para servir a cualquier tipo de usuario, de desarrollarse en cualquier ambiente y de ser administrada con pocos recursos. Y, debido a su experiencia de siglos, posee un buen número de técnicas e instrumentos que le permiten analizar necesidades y oportunidades y responder a ellas con servicios puntuales. Por último, utiliza todos los métodos a su alcance para llegar al seno de la sociedad a la que sirve. Y esto la convierte en una entidad doblemente valiosa, pues recibe las consultas de sus usuarios y, a la vez, se proyecta hacia ellos con distintas ofertas y actividades: desde la creación de sus propios libros contando sus propias historias, hasta el descubrimiento de posibilidades hasta entonces siquiera imaginadas.
Posee, en definitiva, una evidente función social (García, 1997) pocas veces tenida en cuenta a la hora de generar cambios sociales. Organismos internacionales como la UNESCO (1994) o la FIAB (2000) han remarcado e incentivado tal función, señalada y comentada, por otro lado, por numerosos autores (cf p.e. Adimorah, 1983 o
Dobra, 1997), sobre todo por aquellos que adhieren a las ideas de la bibliotecología progresista y sus corrientes... Estos movimientos enfatizan la importancia del rol jugado por la información –y de la biblioteca como su principal gestora- en el desarrollo integral del hombre.

Bibliotecas rurales: el proyecto

Las propuestas de unidades de información diseñadas específicamente para responder a las necesidades de sectores rurales escasean. Generalmente se adaptan para este fin, con mayor o menor fortuna, unidades escoalres o públicas. Por ello, se busca, en el marco del presente proyecto, elaborar un modelo de biblioteca que responda a la realidad y a los requerimientos de estas poblaciones.
Se pretende emplear, para su desarrollo, la técnica de investigación-acción (Manassero, 2003), un tipo de investigación social aplicada que ve al actor social como una entidad dinámica, es decir, con capacidad para reformular sus propias situaciones de vida. Esto permite diseñar estrategias de intervención social que:
- Respondan a las necesidades reales de los sujetos.
- Se construyan y efectúen sobre una base participativa.
- Rompan con posiciones individualistas en las políticas de abordaje de problemas sociales.

La investigación-acción actúa en dos instancias:
*Reflexión: explicita, de forma precisa, la mirada teórica desde la cual se encara la experiencia / acción.
*Acción: elabora e implementa estrategias o instrumentos de intervención (en este caso, la biblioteca), basándose en la interacción entre promotores y destinatarios.
Como primer paso, se pretende, pues, definir un marco teórico interdisciplinario, que incluya categorías, métodos y teorías procedentes de distintas áreas de las Ciencias Sociales. De esta forma, se procura enriquecer los enfoques y perspectivas y ampliar los criterios de abordaje del problema.
Será necesario, a partir de este punto, realizar la búsqueda y selección de comunidades que respondan a la definición de “rural”, y relevar –mediante determinados instrumentos de recolección de datos- sus características, situación, recursos y necesidades.
Por último, a partir de la información recabada, se diseñará el modelo de biblioteca, considerando estrategias de planeamiento bibliotecológico y avances en las teorías de la información y la documentación. Este modelo deberá incluir pautas para la definición de objetivos, servicios y actividades; políticas de adquisición y circulación; programas de estudios de usuario; y herramientas de evaluación y control interno y externo.
La aplicación del modelo (instancia de acción), implementando y evaluando la unidad diseñada en comunidades rurales concretas, es parte de un proyecto posterior.
Se pretende su realización en un número limitado de poblaciones, poniéndolo en práctica como un trabajo de desarrollo de base, es decir, una labor asumida como propia por los mismos usuarios. De esta forma, la investigación tendrá una continuidad en la acción práctica. De generar resultados satisfactorios, podrá pensarse en su aplicación en zonas rurales de otros ámbitos geográficos y/o culturales.

Objetivos

Como objetivo general, se plantea diseñar un modelo de biblioteca destinada a comunidades rurales de la provincia de Córdoba, que responda a sus necesidades y se ajuste a su realidad geográfica, socio-económica y cultural. Se agregan, para su logro, una serie de objetivos específicos:
- Construir un marco teórico interdisciplinar, que permita definir, describir y comprender el medio rural y sus elementos.
- Evaluar las características, situación, recursos y necesidades de un conjunto de comunidades rurales seleccionadas, para construir una imagen general de la realidad de dicho ámbito.
- Generar un documento de trabajo que señale los requerimientos de formación, información y recreación de las poblaciones estudiadas.
- Elaborar el modelo de biblioteca, incluyendo, además de pautas, políticas, programas y herramientas de evaluación, una serie de posibles servicios.

Los mismos deberán responder, con los recursos disponibles, a las necesidades establecidas en el documento anterior.

Metodología

En el diseño del modelo planteado, se empleará la metodología de planeamiento bibliotecológico propuesta por McClure et al. (1991), que ha demostrado ser eficiente en un número considerable de bibliotecas públicas estadounidenses. Se pretende enriquecer este método sumándole elementos de gestión y administración(Bryson, 1992) y herramientas de diseño procedentes de la teoría de sistemas de
(Laudon y Laudon, 1998). Puntualmente, se seguirán los siguientes pasos:

1. Definición de categorías que conformen un marco teórico interdisciplinar y permitan la aprehensión de los distintos conceptos a usar.
2. Selección, desde dicho marco teórico, de un número determinado de comunidades que respondan a las características definidas para “rural” dentro del territorio cordobés.
3. Elaboración de instrumentos de toma de datos de las comunidades, definiendo los rasgos a estudiar y los datos a recolectar, y de evaluación de los mismos, de forma que puedan extraerse conclusiones pertinentes.
4. Evaluación interna y externa de la comunidad. Toma de datos de distintas fuentes.
5. Organización y análisis de los datos. Selección de las conclusiones necesarias para la definición de los principales rasgos de la biblioteca.
6. Elaboración del modelo abstracto de biblioteca.

En instancias posteriores, el modelo podrá implementarse en una o varias de las comunidades, con la aceptación expresa y la participación total de los usuarios, de acuerdo al método de investigación-acción. De esta forma podrá evaluarse la pertinencia de los resultados de este momento de construcción y reflexión teórica.

Conclusión: una apuesta al futuro

Si se considera que la mirada del individuo argentino descansa en la ciudad, y que el campo, la montaña, el monte o la puna son ámbitos semi-desconocidos y proclives al olvido... Si se recuerdan los problemas de salud (p.e. el dengue, el cólera o la tripanosomiasis) que podrían evitarse con una adecuada educación.... Si se entiende que una enorme (aunque muy dispersa) población no dispone de servicios considerados básicos... Si se acepta que un libro, un folleto o un cuento, un cassette o unos dibujos pueden cambiar ideas si se colocan en el sitio preciso en el momentooportuno... entonces se notará de inmediato que el impacto que un proyecto de estas características puede tener es enorme, sobre todo porque puede aplicarse en cualquier comunidad del país que responda a ciertas características comunes. Los elementos pueden ser escasos o limitados; los usuarios pueden tener distintos niveles de educación o alfabetización...
Tales variables no afectan el poder que posee una biblioteca para generar posibilidades de crecimiento, puntos de encuentro o discusión, tomas de contacto con realidades no conocidas....
La biblioteca se adapta, se abre camino, y, a pesar de todo, sobrevive y crece.
No existen, en Ciencias Sociales, fórmulas o modelos que puedan emplearse como una receta universal o una estructura rígida, de aplicación similar a todos los grupos humanos. Cada comunidad conoce, mejor que nadie, sus problemas y sus necesidades, y, asimismo, también conoce las soluciones a los mismos, el camino que desea recorrer y el futuro que pretende alcanzar. Por lo tanto, deben tenerse en cuenta e incluirse esas opiniones e inquietudes en todo proyecto que busque, de alguna forma, el desarrollo social. Deben flexibilizarse las posturas y los criterios.
Porque, de no ser así, todo trabajo se verá condenado a un fracaso seguro.
La bibliotecología como disciplina humanista debe, pues, aprender a escuchar las voces de sus usuarios. De todos ellos. Abandonar sus torres de marfil – digitalizadas, tecnificadas, globalizadas- y, respetando un código ético básico, internarse en otros horizontes, en donde, desde hace mucho tiempo, manos ansiosas esperan el roce de las páginas de un libro.

Bibliografía citada
1. Adimorah, E.N.O. 1983. Análisis de los adelantos logrados por las bibliotecas públicas en Nigeria en su calidad de instituciones sociales. En Revista de la UNESCO de Ciencia de la Información, Bibliotecología y Archivología, jul.-sep., vol. 5, no. 3, p. 170.




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